Crónica negra
Vicente López Copete, el verdugo que trabajó y murió en Elche
Es la segunda mitad de los años 70, Vicente López Copete, como cada mañana se dirige a su puesto de trabajo junto a los depósitos del agua, trabaja en la fábrica de Damel. Pocos compañeros de Copete, conocían que fue verdugo y vivió en Elche 18 años. Durante su trayectoria como funcionario del Ministerio de Justicia ejecutó, con el garrote vil, a más de catorce reos condenados a muerte por los tribunales españoles.
Vicente López Copete, nació en 1914 en Badajoz, tuvo cuatro hijos y varios nietos, fue el verdugo titular de las Audiencias Territoriales de Barcelona, Aragón y Navarra entre los años 1953 y 1974, su última ejecución tuvo lugar en 1966. Después terminaría sus días como empleado en la firma de caramelos ilicitana como conserje y mozo de carga y descarga. No hay referencia del número exacto de reos que fueron ajusticiados por López Copete, se tienen datos que al menos fueron catorce los condenados a muerte que pasaron por el Garrote Vil, un collarín de hierro que servía para asfixiar y quebrar el cuello del condenado. Un artilugio mortal que muy habilidosamente manejaba nuestro protagonista.
Vicente López Copete, trabajó y murió en Elche
En la España de los años 60 y 70 había adscritos al Ministerio de Justicia tres verdugos, Vicente López Copete, Antonio López Sierra y Bernardo Sánchez Bascuñana (éste último el más veterano de los tres). Copete era analfabeto, torero aficionado, falangista, estraperlista, trilero, legionario (en la fotografía), confidente de la policía y verdugo. Participó en la represión de los mineros de Asturias en 1934. Pertenció al bando de los insurgentes contra la república durante la guerra civil. Una vez finalizada la contienda bélica, Vicente López, ambulaba sin futuro por distintas ciudades españolas mal viviendo del contrabando y de timos, lo que le llevó a la cárcel. Un policía le propuso que se presentará a las oposiciones a verdugo. El Boletín Oficial del Estado del 7 de octubre de 1948, recogía la convocatoria para cubrir cinco plazas de ejecutores de sentencias. Entre la llamada promoción del 48, solo se cubrieron tres puestos de los cinco convocados, ya que solo se presentaron tres aspirantes. Entre los admitidos al puesto de verdugo, se encontraba Vicente López Copete. Entre sus compañeros, él tenía fama de ser el más frío, el más entero, no en vano su frase preferida era: “El que la haga, que la pague”. También era sabido que antes de cada ejecución, el verdugo, tenía que tomar más de una copa de coñac o anís para armarse de valor y vencer los remordimientos.
Copete en una entrevista concedida al periodista José Luis Izquierdo, aseguraba que el garrote vil de Madrid era "uno de los que más le gustaban para trabajar", en tanto el de la Audiencia de Valladolid era más chapucero.
La mayoría de verdugos llevaban oculta su actividad, algunos de ellos porque no se sentían orgullosos de su oficio y otros por el gran rechazo que tenían de la sociedad. Vicente López Copete, se enfrentó con un juez que le afeó su ocupación, y Copete le contestó: "Yo solo mato a los que me envía usted”.
En el año 1971, López Copete cobraba por su profesión de verdugo unas 7.400 pesetas (poco más de 44 euros), más 80 pesetas diarias (0,48 céntimos de euro) por dietas. Plus que le pagaban, cada vez que tenía que desplazarse, junto con las herramientas de muerte, a distintas ciudades españolas para ejecutar a los reos condenados a la pena capital.
El verdugo que ejecutó al ilicitano Julio López Guixot, era íntimo amigo de Copete
Sucursal del Banco Central en Elche. Años 50
Fue precisamente el verdugo Antonio López, el que ejecutó al vecino de Elche Julio López Guixot a garrote vil en la prisión de Alicante, el 21 de agosto de 1958. Guixot y José Segarra Pastor, este último también de Elche, habían dado muerte golpeando en la cabeza con un yunque de zapatero, a su compañero de trabajo y cobrador de la sucursal del Banco Central en la ciudad ilicitana, Vicente Valero Marcial para robarle el dinero que llevaba. Este caso conmocionó a la ciudad de las palmeras y se le conoció como “El crimen de las quinielas” o “El asesinato de Vistahermosa”. El cómplice de Guixot, fue indultado por Franco y se salvó del garrote.
Recorte aparecido en la prensa de la época. La casa donde se cometió el crimen y el apresamiento de Guixot
Los ejecutados por Copete
Entre los agarrotados por Vicente López Copete, estaba uno de los delincuentes más mediaticos de la época, Enrique Sánchez Roldán "El Mula", acusado del asesinato de un policía y un taxista en Barcelona. El Mula, fue condenado a muerte y agarrotado el 30 de marzo de 1954 en la Prisión Modelo de la ciudad condal.
Juan Eslava Galán relata en su libro «Verdugos y torturadores» que el Mula le dijo a Copete antes de la ejecución: «Tú con ese aparato matando y yo con mi pistola, nos hubiéramos quedado solos en España».
De izquierda a derecha Vicente López Copete, Bernardo Sánchez Bascuñana y Antonio López Sierra, fueron tres de los últimos verdugos en España
«A mí me pueden venir sueltos o esposados, con la cara cubierta o descubierta..., me da igual. La cosa es rápida haciéndolo bien. Se sientan, les pongo el asunto y ya no se mueven», decía Vicente López Copete.
El 17 de agosto de 1963, el director de Carabanchel da conocimiento al magistrado titular del Juzgado Especial de Actividades Extremistas de la ejecución de los militantes de las Juventudes Libertarias Joaquín Delgado Martínez y Francisco Granado Gata. Morían, según el parte, por 'asistolia y traumatismo bulbar', es decir, como consecuencia del garrote vil. El agente ejecutor fue Vicente López Copete. Granado y Delgado habían sido acusados de colocar varios artefactos explosivos el 29 de julio de 1963 en la Sección de Pasaportes de la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol. la explosión provocó heridas a 20 personas. En el momento de la detención Granado tenía en su poder una maleta con explosivos. Se declararon inocentes ante el Consejo de Guerra y también ante el sacerdote que los acompañó al garrote vil. Los detenidos sólo se confesaron culpables después de ser torturados durante seis días seguidos. Investigaciones posteriores, han demostrado que los dos anarquistas ejecutados no había participado en el atentado por el que fuero sentenciados a pena de muerte.
Sentecia de pena de muerte para los dos anarquistas ejecutados por Copete
En 1974 el destino le tenía preparado a Vicente López Copete, ser el último verdugo español, al corresponderle ejecutar al anarquista Puig Antich, pero su encontronazo con la justicia se lo impidió, fue apartado de su profesión por un delito de estupro e ingresó en prisión. Por la ejecución del joven anarquista catalán, el verdugo Antonio López Sierra, cobró con dietas incluídas 11.000 pesetas (66 euros) Copete, tampoco pudo intervenir en la ejecución de Heinz Ches, que fue llevada a cabo por el verdugo principiante (con el pluriempleo de representante de libros), José Monero Renomo.
La Película
Entre 1971 y 1973 Basilio Martín Patino, escribe y dirige clandestinamente el documental Queridísimos Verdugos. Vicente López Copete, Antonio López Sierra y Bernardo Sánchez Bascuñana, los tres verdugos activos por esas fechas, son los protagonistas de la película. Un viaje a la España Negra del subdesarrollo, el hambre, la miseria y el analfabetismo.
En el film de Martín Patino, los tres “Ejecutores de Sentencias”, Ante una rica comida y con unos cuantos vinos en el cuerpo, hablan de su oficio con la naturalidad de lo cotidiano. Nos cuentan detalles técnicos de su herramienta de trabajo: el garrote vil que, según ellos, es una herramienta eficaz, rápida e indolora. En esa misma película, un psiquiatra y un abogado que han presenciado ejecuciones, no opinan lo mismo que los verdugos. Relatan su experiencia como testigos en dos ajusticiamientos y pueden comprobar el sufrimiento antes de morir de los reos. Queridísimos Verdugos tuvo que esperar a que muriese Franco, llegase la Transición y se eliminase la pena de muerte en España para estrenarse en los cines.
En el film de Martín Patino, los tres “Ejecutores de Justicia”, Ante una rica comida y con unos cuantos vinos en el cuerpo, hablan de su oficio con la naturalidad de lo cotidiano
Abolición de la pena de muerte en España
En 1978 sale publicado el «Proyecto de Ley sobre la abolición de la pena de muerte en el Código Penal Común». Éste es el antecedente del artículo 15 del Capítulo Segundo, Sección 1.ª, de la Constitución Española, que establece la abolición de la pena de muerte «salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra». En 1983, la Reforma del 25 de junio supone la desaparición en el Código Penal de la Pena de muerte para todos los delitos.
Abolida la Pena de Muerte, Copete (Bernardo Sánchez Bascuñana, había muerto de cirrosis en 1972), igual que su compañero de profesión se quedan sin trabajo, por lo que tienen que ser redistribuidos. Antonio López Sierra, el verdugo que ajustició al ilicitano Julio López Guixot, encuentra ocupación como portero de un edificio céntrico madrileño. Allí estuvo desempeñando su labor, hasta su muerte en el año 1986.
Un verdugo en Elche
Vicente López Copete llega a Elche aproximadamente en el año 1978 y fija su domicilio en la calle Mayor del Plá, muy cerca de la antigua Cruz de los Caídos (hoy paseo de Germanías). Comienza a trabajar como vigilante nocturno y más tarde pasaría a desempeñar labores de mozo de almacén en las instalaciones que tiene Damel junto a los depósitos del agua en el barrio de Carrús.
López Copete, a principio de los años 80, interpone un recurso contencioso administrativo contra el acuerdo del Ministerio de Justicia del 30 de abril de 1979, que impide cobrar jubilación a los antiguos verdugos. El denunciante que sigue trabajando y viviendo en Elche, intentar cobrar un retiro por los años prestados como funcionario del Estado. Su petición es denegada por la Sala Segunda Contencioso Administrativo de la Audiencia Territorial de Madrid en una sentencia fechada el 22 de abril de 1983. En ese momento, el ex verdugo, solo depende del trabajo que desarrolla en la empresa ilicitana para obtener su jubilación.
Pocos compañeros conocen el pasado turbulento de Vicente López, pero no pasa desapercibido en la empresa, ya que tiene más de un problema por su carácter violento con otros empleados de Damel, por lo que es observado muy de cerca por jefes y encargados de la fábrica de caramelos. Gracias a su trabajo en Damel consigue su codiciada jubilación. Vicente López Copete, vivió en Elche hasta el día de su muerte el 3 de enero de 1996, a los 82 años de edad. En la actualidad se encuentra enterrado en la Plaza 33, grupo 45, fila 3 del cementerio nuevo de Elche.
Reos ejecutados por Vicente López Copete (lista incompleta al menos falta dos reos)
Fortunato Gras Tejedor (Barcelona, 9 de abril de 1953)
Blas Fuster Carreté (Barcelona, 10 de abril de 1953)
Esteban Serra Major (Barcelona, 2 de diciembre de 1953)
Benito Pascual Serra (Lérida, 23 de diciembre de 1953)
Enrique Sánchez Roldán "El Mula" (Barcelona, 30 de marzo de 1954)
José Antonio Vilato (Barcelona, 10 de febrero de 1955)
José Oms Huguet (Lérida, 28 de febrero de 1956)
Manuel Delgado Muñoz (Barcelona, 3 de enero de 1959)
Joaquín Ambrosio Martínez (Barcelona, 14 de julio de 1959)
Santiago Viñuelas Mañero (Palencia, 19 de noviembre de 1959)2
Joaquín Delgado Martínez. Anarquista de la CNT (Madrid, 17 de agosto de 1963)6
Francisco Granados Gata. Anarquista de la CNT (Madrid, 17 de agosto de 1963)6
Más información
- Película completa "Querídisimos verdugos" (Youtube)
- Antonio López Sierra, el último verdugo (Documentos RNE)
- Jarabo. La huella del crimen. Capítulo completo de la serie RTVE
- La envenenadora de Valencia. La huella del crimen. Serie RTVE
En el Vídeo: Vicente López Copete y Antonio López Sierra (el verdugo que ejecutó en la cárcel de Alicante al ilicitano conocido como "El asesino de las quinielas"), simulando una ejecución con garrote vil. Escena de la película Queridísimos verdugos de Martín Patino