Los fabricantes de calzado y la Mafia Italiana en Elche
Domingo 3 de marzo de 1985, el industrial ilicitano, Victoriano Molina Chacón, vecino de Elche, por aquel entonces tenía 55 años de edad, cae en una trampa planeada por la DEA y su amiga, Melania López. Molina Chacón es detenido en Hamilton, capital de las Islas Bermudas y trasladado por agentes policiales a Estados Unidos. Se le acusa de introducir en el país norteamericano ochenta kilos de heroína pura. La droga procedente de Italia y con destino Estados Unidos, iba camuflada entre los zapatos que el fabricante iba a exportar desde Florencia a su tienda de la 3ª Avenida de Nueva York.
Pero antes de este envío, hubo otros muchos. La heroína que llegaba a la Gran Manzana, era distribuida a través de una red de pizzerías de todo el país. Este grupo criminal fue desarticulado, en parte, por el FBI, a esta operación la policía norteamericana la denominó “Pizza Connection”, y por la que fueron procesadas 21 personas en 1987, entre ellas el capo de la mafia siciliana, Gaetano Badalamenti y el propio Chacón.
El jefe de la brigada antidrogas de Bermuda valoró el precio de la heroína y la cocaína que el ilicitano importó a EE UU en 200 millones de dólares (unos 37.600 millones de pesetas). Más tarde, el dinero obtenido, por la venta de la droga, era blanqueado en casinos de Atlantic City. Detrás de estos hechos delictivos, estaba la Cosa Nostra (Mafia italiana en Nueva York) y la Mafia Siciliana, esta última uno de los grupos criminales que, gracias a Chacón y como luego veremos, se instaló y realizó sus actividades ilícitas desde Elche.
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Reportaje en "exclusiva" con Molina Chacón en la Prisión Federal de Virginia (EE.UU.) para La Verdad, realizado por José Félix Abad
El zapatero ambicioso
Victoriano Molina Chacón, nació en Elda en 1929. Más tarde se trasladó a la ciudad de las palmeras. Victoriano, comenzó su actividad profesional en el calzado en los años 60. Fue encargado de la fábrica Miguel Hernández, una de las empresas con mayor proyección internacional en la década de los 70 del siglo pasado en Elche. Miguel Hernández, fue un empresario que vivió un triunfo meteórico. El zapatero se hizo con el mercado norteamericano y el mercado norteamericano con él. Leonard Teicher, el empresario americano dueño de SRO, era el que compraba toda la producción de las empresas de Miguel en Elche. Una
Molina Chacón, un hombre con una ambición si límites, quiso emular a Miguel Hernández, pero lo que él no sabía que esa ambición lo llevarían a la cárcel durante muchos años.
Chacón se independiza en 1975 y comienza a crear sus propios negocios. Entabla relación con la firma italiana Carezza, donde conoce a varios individuos que forman parte de la mafia siciliana, Antonio Turano y Gaetano Giuffrida, ambos integrados en la familia de Tomasso Spadero. Molina Chacón, llegaría a ser socio de a Antonio Turano, un italiano que cambiaría la vida del fabricante ilicitano para siempre.
A mediados de 1978 inaugura la Mintor Shoes International, en la Tercera Avenida de Nueva York. Poco antes, Victoriano había creado en Elche la firma de zapatos Calzados Molina S.L. El negocio funcionaba bien, y en 1980 el industrial crea su primera empresa exportadora, Vicky Moda, en sociedad con Antonio Turano y su sede la emplaza a la sexta Avenida,
Todas estas empresas le servirían como tapadera, para realizar los envíos de heroína, en su última etapa traficaría con cocaína, de Italia y España a Estados Unidos. Por aquel entonces, el mercado estadounidense absorbía más de la mitad de la exportación del calzado de Elche, por lo que la droga, sin levantar sospechas, podía ir perfectamente camuflada en las cajas de zapatos con destino a Norteamérica.
Calle Marqués de Molins, ahora Els Arbres. En esta calle vivió el mafioso Antonio Turano
Un alto miembro de la mafia en Elche
Antonio Turano, era un miembro destacado de la mafia, persona de confianza de Gaetano Badalamenti, (Don Tano), “Capo di tutti capi” (jefe de todos los jefes) de la Mafia Siciliana, el mismo que controlaba los principales clanes mafiosos de
Turano, a principios de los años 80 vivía en Elche, en la calle Marqués de Molins, a un tiro de piedra de la iglesia del Corazón de Jesús. Fue el padrino de la hija de otro socio (que también lo era de Chacón), importante empresario ilicitano del mueble y el zapato. Este industrial de Elche, también apareció en las investigaciones policiales pero nunca fue acusado por la justicia. Molina Chacón sí lo acusó, desde la Prisión Federal del Estado de Virginia, de ser el responsable con Antonio Turano del cargamento de 80 kilos de heroína, por el que él estaba preso.
“La droga la trajo F.S. con ayuda de las Triadas Chinas”, nos contaba Molina Chacón cuando fuimos a entrevistarlo a la cárcel norteamericana. Es verdad, que la acusación de Molina hacía F.S., eran producto de una venganza, por no ayudarle cuando él fue detenido. Según Molina, F.S. vivia con Turano en Nueva York y cuando Turano fue detenido, F.S. se vino a España, llevándose el dinero que tenía guardado su compañero de piso.
La policía italiana tras Molina Chacón y Guiffrida
La policía italiana interviene los teléfonos de Gaetano Giuffrida y graba todas las conversaciones que mantiene con Molina Chacón. En las escuchas, los Carabinieri obtiene información sobre el lavado de dinero procedente del tráfico de heroína. Los mafiosos también hablan de los problemas que podía acarrearles el arresto en Nueva York de Antonio Turano. En la escena aparece Anthony Castelbuono, un hombre clave en el lavado de dinero obtenido del tráfico de drogas. Este personaje, había gastado un millón de las ganancias de la droga con su amante Sheila Silvetti en casinos Atlantic City. Molina Chacón y Guiffrida, según las conversaciones grabadas por la policía, contemplaron si Castelbuono debería ser eliminado. Este hecho nos hace pensar que Victoriano Molina Chacón conoció de antemano, que su socio Antonio Turano sería asesinado unos meses más tarde.
En enero de 1983, Molina Chacón y Giuffrida conversaba vía telefónica sobre una remesa de zapatos que se estaba preparandoa para ser enviada desde Italia a la Mintor Shoes, la tienda de Nueva York propiedad de Chacón. Ese mismo mes, Victoriano Molina viajó personalmente a Florencia, para inspeccionar el envío. Cuando todo estaba preparado para que el cargamento viajara a Estados Unidos. Las autoridades italianas se apoderaron de la droga que iban en paquetes de 500 gramos en cada caja de zapatos, en total más de 80 kilogramos de heroína pura valorada en 131 millones de dólares. Molina Chacón se entera de la noticia en Nueva York y huye a España.
La policía, también grabó varias conversaciones telefónicas entre Trinitario Ruiz y otro personaje, quizá pudo ser Rudolfo Risatti, un socio en el negocio de zapatos en Nueva York, en las que Trinitario le pedía que fuera a recoger al puerto de Nueva York 165 cajas de zapatos, en las que viajaba la droga.
La DEA grabó también otras conversaciones de Victoriano Molina, realizadas entre los meses de noviembre de 1982 y enero de 1983, en las que el ilicitano buscaba dinero en Estados Unidos para traficar con heroína.
Waldorf Astoria, en este hotel conoció Molina Chacón a Melania López, la mujer que acabaría traicionándolo
La fábrica de Elche
Victoriano Molina Chacón era propietario de Calzados Molina, S.L., una fábrica ubicada en el número 100 de la calle Maximiliano Thous, en el barrio del Plá. Por las noches, cuando los operarios se marchaban, Molina Chacón con Turano introducían las bolsas de heroína entre los zapatos, embalaban las cajas y las dejaban preparadas para que la agencia de transporte las recogiese al día siguiente. El destino de los zapatos, el de siempre, La Mintor Shoes Company la tienda que Chacón tenía en la 3ª Avenida de Nueva York, un comercio que estaba regentado por su hija y por su yerno Trinitario Ruiz. Una vez que la droga llegaba a la ciudad de los rascacielos, era sacada de las cajas de zapatos y distribuída para su venta por una amplia red de pizzerías de todo el país.
Molina Chacón cada vez que viajaba a Nueva York se alojaba en el Waldorf Astoria, allí conoce a Melania López, una camarera del hotel nacida en Puerto Rico, pronto se entabla una relación entre el empresario ilicitano y puertorriqueña. Una relación que no pasaría desapercibida para la Administración para el Control de Drogas (DEA) estadounidense, que ya venía investigando a Molina Chacón desde hace tiempo.
Antigua fábrica de calzado de Molina Chacón, en la calle Maximiliano Thous. hoy tiene otros propietarios.
La ostentación de Chacón, le jugó una mala pasada
El empresario ilicitano no pasaba desapercibido por ninguno de los lugares que frecuentaba. Antiguos camareros del desaparecido Boquerón de Plata, restaurante muy frecuentado por Chacón, han manifestado a Topical 3.0, que cada semana y a solas, se reunían en el comedor que tenía este establecimiento en su parte superior, para entregarle la lotería semanal que adquiría el zapatero. “Hablamos de cientos de décimos, de cientos de miles de pesetas. Y así semana tras semana”. Nos comenta el antiguo empleado del restaurante.
Molina se reúnen en un hotel de Benidorm con importantes personajes de la Cosa Nostra y la Mafia Siciliana, quizá pudieron ser los hermanos Greco o Gaetano Giuffrida, altos miembros de estas organizaciones criminales. Todos los allí presentes planean un nuevo envío muy importante de heroína, de Italia, hasta Nueva York. El destino, vuelve a ser la Mintor Shoes. En la cita con los mafiosos, aparece Victoriano Molina, a pesar de ser el mes de agosto, con un abrigo de
La vida del ilicitano dio un giro espectacular cuando rompió su relación con Turano. El 3 de marzo de 1983 el cuerpo de Tony Turano apareció flotando en el río Hudson con una bala incrustada en la cabeza.
Mientras Molina se encontraba en Nueva York, la policía italiana incauta 81,6 kilogramos de heroína unos 12.000 millones de pesetas, que se encontraba repartidas entre 160 cajas de zapatos dispuestas a viajar a EE.UU. En las cajas un destino, la tienda de Victoriano Molina Chacón en la Gran Manzana.
La caída de Chacón
La DEA llega a Elche y con la ayuda de la policía española, traman un plan para capturar a Victoriano Molina Chacón, y así poder llevarlo a Estados Unidos para juzgarlo. El señuelo será, Melania López, la mujer que compartía charlas y copas con el zapatero ilicitano en las habitaciones del Waldorf Astoria. La DEA vigila muy estrechamente a la mujer e interviene su teléfono. En las investigaciones detienen a la puertorriqueña y la acusan de la muerte de Turano y de conspiración.
La policía antidroga norteamericana hace un pacto con Melania, tiene que ayudarles a capturar a Molina Chacón y quedará libre de todas las acusaciones. La mujer acepta y urden un plan para detener al ilicitano.
Una mañana de junio de 1984, el empresario recibió una llamada en su despacho de Elche. Era Melania. La mujer le dice que le va a presentar a unos amigos que quieren comprar un buen “cargamento”, “Hay muchos millones de dólares en juego”. Los agentes de la DEA se presentan en Londres y mantienen una reunión con el zapatero. El negocio es redondo, Chacón vuelve a sentirse importante y su ambición lo llevará otra vez por el mismo camino, pero esta vez... a un camino sin retorno. Agentes camuflados y traficante, quedan para una nueva reunión.
Los agentes convencen a Molina Chacón que su próxima cita sea en Bermudas, Inglaterra no tiene tratado de extradición con EE.UU. y tienen que llevarlo a un país donde lo puedan extraditar. Convencen al zapatero y quedan con él en Hamilton capital de las Islas Bermudas.
Los policías que se hicieron pasar por traficantes y negociaron la venta de droga con el ciudadano español en un hotel de la capital de las Islas Bermudas, se identifican a Molina Chacón como agentes. El ilicitano, qué no daba credito a lo que estaba ocurriendo, no ofreció ninguna resistencia al ser detenido por miembros de la DEA y por John Williams, jefe de la brigada de narcóticos de la policía de Bermuda. El ciudadano español había llegado a Hamilton procedente de España, a través de Londres, en un vuelo de British Airways. Su detención, a petición del Gobierno norteamericano, se produjo el domingo día 3 de marzo de 1985, en un lujoso hotel a las afueras de Hamilton.
Molina Chacón es llevado a juicio, a principios de 1986. En el tribunal comparece la principal testigo de cargo, Melania López, quien friamente y minuciosamente va relatando, una auna, todas las actividades delictivas del zapatero ilicitano y de otros miembros de la mafia. El 28 de abril de 1986 un Tribunal de Brooklyn condenan a Victoriano Molina Chacón a veinticinco años de cárcel; veinte por un delito de tráfico de drogas y otros cinco por lavado de dinero.
Molina es trasladado de la Prisión de Nueva York a la Prisión Federal del Estado de Virginia, donde cumpliría toda la condena impuesta íntegramente. Hoy con 89 años de edad, vive en su casa de Elche apartado de todo aquel mundo delictivo.
Mi entrevista con Molina Chacón en una prisión de EE.UU.
Octubre de 1992, sobre las 9 de la mañana cruzaba las puertas de la The Federal Correctional Institution, Petersburg (FCI Petersburg) en el Estado de Virginia (Estados Unidos). Después de muchos días de gestiones y hasta con la ayuda del consulado español en Nueva York, pude tener los permisos necesarios, para poder visitar y entrevistar durante dos horas al preso que había protagonizado todos los titulares de los periódicos españoles y norteamericanos, al ilicitano Victoriano Molina Chacón. Me lancé a la carretera y recorrí los casi 900 kilómetros que separa Nueva York de Petersburg (Virginia).
Para entrar a la prisión tuve que atravesar los severos controles, para mí era un ilicitano preso, pero para los responsables de esa cárcel me iba a entrevistar con un importante miembro de la mafia italiana.
Durante la entrevista, el industrial ilicitano condenado a veinticinco años de cárcel por tráfico de drogas y lavado de dinero, me hablo de su paso por la mafia y de cómo era su vida en Elche. En aquel momento llevaba más de siete años y medio entre rejas. También me dijo que lo habían traicionado sus amigos. Acusó a otro empresario de Elche, de dejarlo tirado, de no ayudarle y de que era también responsable del cargamento de ochenta kilos de heroína que a él lo había llevado a la cárcel.
Se mostró cordial en todo momento conmigo, de vez en cuando fumaba un cigarrillo, hacía una pequeña pausa en sus respuestas para expulsar el humo. Negó, como era evidente, muchas de las cosas que se le acusaba y protestaba porque su detención, diceque no fue del todo “legal”; y sobre esto último, llevaba algo de razón.
Terminamos la entrevista y posó para que le hiciese unas fotos, hasta un guardia de la prisión colaboró y me hizo una foto con Chacón. Me marché, me dio recuerdos para la ciudad y volví a recorrer los siete mil kilómetros que me separaban de Petersburg a Elche.
José Félix Abad
A finales de la década de 1970 y principios de la década de 1980, los miembros de La Cosa Nostra en los Estados Unidos se aliaron con la mafia siciliana para la importación de heroína con un valor de más de 1.6 mil millones de dólares a los Estados Unidos. En abril de 1984, fueron detenidas 38 personas acusadas de tráfico de heroína, esta operación policial fue conocida popularmente como la "Pizza Connection".
La red que se creó para traficar con esta droga por todo los Estados Unidos. Llegando a ser una de las operaciones de importación de heroína a EE.UU. más grandes de la historia. Las organizaciones criminales, utilizaron cientos de pizzerías en todo el país para distribuir la heroína que llegaba desde el sudeste y el sudoeste de Asia a través de Sicilia a los Estados Unidos. La heroína fue envasada y preparada en laboratorios que operaban en Sicilia.
Esta red de heroína conocida como "Pizza Connection" se basó en una facción de la familia del crimen organizado de Nueva York, la llamada Bonanno, encabezada por Salvatore Catalano, para distribuir la heroína en este país. A su vez, el negocio de la heroína de esta facción criminal de Bonanno estaba ligada directamente a los grupos delictivos organizados en Sicilia, el resto de Italia, Suiza, España y Brasil.
La policía obtuvo la evidencia de la existencia de esta red por primera vez en 1980, cuando se observó que los mensajeros de la mafia transferían enormes cantidades de efectivo a través de casas de inversión y bancos de la ciudad de Nueva York a Italia y Suiza. Decenas de millones de dólares derivados de la venta de heroína en este país fueron transferidos al extranjero.
En la mañana del 9 de abril de 1984, legiones de agentes federales registraron casas y pizzerías en todo Estados Unidos. Encontraron todo tipo de armas, miles balas, heroína y mucho dinero en efectivo. En Madrid, fue arrestado Gaetano Badalamenti y su hijo. Unos meses después sería detenido en Bermudas, Victoriano Molina Chacón.