Reportajes

Alejandro Hernández, ex militar, espía, mercenario y vecino de Elche

Alejandro Hernández apuntándose con una Uzi, arma de fabricación israelita, junto a otros miembros de las Brigadas Internacionales

Croacia, 7 de enero de 1992. El asedio de Vukovar por parte del ejército yugoslavo comenzó hace varios meses como parte de una guerra feroz. Una mañana, a 30 km de Vukovar, se encuentra el cadáver del periodista suizo Christian Würtenberg, de 27 años. Su cuerpo sin vida viste el uniforme de una fuerza mercenaria internacional. Al mando de estos soldados de fortuna está Eduardo Rózsa Flores y el ilicitano Alejandro Hernández Mora (alias Malaria).
El destino volverá a unir, dieciséis años después, a Rózsa y Hernández para participar o ser sospechos, en un intento de atentado contra el presidente de Bolivia Evo Morales. Algunos de estos acontecimientos se recogen en el documental “Chris the Swiss”, realizado por la prima del periodista asesinado, la directora suiza Anja Kofmel. Este film, está protagonizando durante este 2018 los principales festivales cinematográficos europeos.
Para la realización de este reportaje hemos hablado con el ex militar y espía ilicitano. También pudimos entrevistar a Julio César Alonso, el reportero de guerra que acusa a los combatientes de matar a dos periodistas y conversamos con Sandra Balsells, la novia Paul Jenks, el segundo periodista asesinado.

Eduardo Rózsa con jersey verde junto a otros miembros de la Brigada Internacional

 

En mayo, fue el estreno mundial del documental “Chris the Swiss” (Chris el suizo) dirigido por Anja Kofmel,  al ser seleccionado en la Semana de la Crítica del 71° Festival de Cannes. Este film que mezcla la animación con la imagen real, se proyectó por primera vez en enero en el Solothurner Filmtage, uno de los acontecimientos cinematográficos más prestigiosos de Suiza. Este mes de octubre llega a la 14 edición del Zurich Film Festival. Esta coproducción suizo, croata, alemana sigue paseándose por los mejores certámenes cinematográficos del mundo.

Chris the Swiss” habla de la muerte del periodista Christian Würtenberg durante la guerra de Croacia en 1992, a manos de un grupo paramilitar compuesto por ultraderechistas y ultracatólicos de varios países europeos, entre ellos un buen número de militantes del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, españoles, húngaros, irlandeses, canadienses y de EE.UU. En la película se afirma, que este grupo internacional se financiaba con el tráfico de drogas y de armas, también recibía donaciones del Opus Dei y de organizaciones neofascistas.

A la cabeza de esta brigada apadrinada por Branimir Glavas, entonces jefe de las milicias de Osijek, se encuentra Eduardo Rozsa Flores (de origen húngaro), antiguo corresponsal de La Vanguardia en Hungría y Croacia (cambió la pluma por el Kaláshnikov) y su mano derecha el subcomandante de los voluntarios internacionales, el ilicitano, exmilitar y ex miembro de los servicios secretos españoles, Alejandro Hernández Mora.

 

Escena del documental donde aperecen dibujados Christian Würtenberg con bufanda, Eduardo Rózsa y Alejandro Hernandez

 

La muerte del periodista

Osijek (frente de guerra croata). Una mañana, a 30 km de la asediada Vukovar, se encuentra el cadáver del periodista suizo Christian Würtenberg, de 27 años. El joven lleva puesto un uniforme perteneciente al Primer Pelotón de Voluntarios Internacionales (PIV), un grupo de mercenarios que combaten contra los serbios en uno de los frentes de guerra más activos de la antigua Yugoslavia. Unas semanas antes, el periodista suizo se había unido (como infiltrado) a la Brigada Internacional, para realizar un reportaje de investigación sobre los grupos paramilitares y el tráfico de armas en esta parte de Croacia. Christian descubre que la brigada está financiada por el tráfico de drogas. El periodista inglés tiene datos que la ruta de la heroína transita por los Balcanes, y todos los cargamentos pasaba por Osijek desde Hungría. La droga estaba controlada por el HVO (ejército de extrema derecha croata) y Rózsa participaba en el negocio. También descubrió el tráfico de armas, pero antes que puediera hacer públicas sus investigaciones, es asesinado.

 

Christian Würtenberg, escribiendo un artículo

 

Todas las sospechas del asesinato recaen sobre Eduardo Rózsa Flores. Ese mismo año Informe Semanal de RTVE, emite un reportaje realizado en Osijek donde el propio Rózsa, en una entrevista, asegura que había un infiltrado en su brigada, también habla de un “problema suizo”. Más tarde el corresponsal de guerra y director de la productora de televisión sevillana Preset. Julio César Alonso, asegura que Eduardo Rózsa estaba implicado en la muerte del periodista. Varias investigaciones periodísticas, apunta que fue Paolo Fabre, guardaespaldas de Flores, el autor material del asesinato.

En un reportaje de Preset emitido por la televisión suiza, Alonso afirma que, durante una visita a Zagreb, Rózsa Flores le había dicho que "Christian era un topo y que estaba averiguando muchas cosas, que no le convenía y que le iban a matar, pero que no le iba a matar él, sino que lo matarían los chetniks (guerrilleros serbios) en una emboscada". Rózsa, contradice las acusaciones de Julio Alonso y afirma que los francotiradores serbios mataron a "Chris el suizo", pero según la autopsia, el periodista infiltrado fue estrangulado.

 

Un francotirador dispara a un periodista. Animación de la película “Chris the Swiss"

 

 

El segundo periodista asesinado

Paul Jenks, fotógrafo británico y amigo de Christian, viaja a Osijek para investigar las circunstancias que rodearon su muerte. El 17 de enero de 1992, Paul Jenks murió de un disparo en la cabeza en Bresce, cerca de Osijek; diez días después de que se encontrase el cadáver de Christian. Según el informe oficial, le disparó un francotirador serbio oculto a 900 metros de distancia. El periodista John Sweeney investiga la muerte del fotógrafo inglés Paul Jenks y realiza un documental en 1994, titulado "Dying for the Truth" (Morir por la verdad). El redactor de la revista El Temps,  Oriol Mallo, escribe: "la bala llegó desde las posiciones croatas, muy cerca de la sede de la Primera Brigada Internacional". Igual que Chistian, Jenks, no salió con vida de Croacia Todas las sospechas, vuelven a recaer en el grupo brigadista liderado por Rózsa y el ilicitano Hernández Mora. 

 

Alejandro Hernández Mora en el frente de Osijek (Croacia)

 

 

Un ilicitano en el ojo del huracán

Alejandro Hernández Mora, nació en 1968 en Elche, ex militar, fue teniente de la Brigada Paracaidista, especializado en sabotaje y explosivos, ha participado en misiones de Naciones Unidas como casco azul en Líbano, Irak y Nicaragua. También ha sido espía del CESID (antiguos servicios secretos españoles). Con 24 años ingresó en la Brigada de Voluntarios Internacionales en Osijek, en diciembre de 1991 llegando a ser el segundo jefe, después de Eduardo Rózsa Flores, de este grupo armado. Hernández Mora, conocido como "Alex", permaneció varios años en uno de los frentes de guerra más activos del conflicto yugoslavo, combatiendo contra el ejército Federal Yugoslavo, chetniks y otros grupos paramilitares serbios, como los Tigres de Arkan. La BBC (televisión británica) realizó un documental que llamó Dogs of War, los perros de la guerra. En este reportaje sobre el Batallón Internacional, aparece el ilicitano herido en un ojo, a causa de una explosión de mortero.

 

Alejandro Hernández Mora, el primero por la izquierda con un ojo vendado, en una reunión de mandos del PIV. Imagen del documental "Dogs of War" de la BBC

 

 

El ilicitano Alejandro Hernández con cigarro en la boca junto a Eduardo Rózsa en Osijek (Croacia)

 

Caso Bolivia

A principios de 2009, la fiscalía de La Paz (Bolivia) pide investigar en España a Alejandro Hernández Mora, por un delito de terrorismo. Le acusan de intentar provocar, junto a otros mercenarios de diversas nacionalidades, una guerra civil en Bolivia y organizar un atentado contra el presidente del país andino, Evo Morales.

El 16 de abril de 2009, Rózsa Flores fue abatido junto a Magyarosi Arpád (húngaro-croata) Michael Martin Dwyer (irlandés) por grupos especiales de la policía boliviana en un hotel de la ciudad de Santa Cruz. En esa misma operación policial fueron detenidos Mario Tadic (boliviano con pasaporte croata) y Elod Toasó (húngaro), en lo que el gobierno boliviano llamó una "operación antiterrorista”. Los mercenarios querían provocar un conflicto para conseguir la independencia de Santa Cruz, una de las provincias más prosperas de Bolivia. También planeaban, según el ministro de interior de ese país, un atentado mortal contra el presidente Evo Morales. Entre el material incautado por las fuerzas de seguridad, se encontraban armas de guerra, explosivo plástico C4, manuales y anotaciones escritas por el propio Rózsa, donde aparecía el nombre del ilicitano Alejandro Hernández Mora. El propio Mora ha reconocido a nuestra revista que Eduardo Rózsa le propuso participar en esa operación, “Hay mucho dinero por medio, me dijo” y sigue contándonos. “Yo no acepté. En ese momento me encontraba en Israel”. El ilicitano ha negado siempre su participación en los hechos de Bolivia.

 

 


 


Entrevistamos a Alejandro Hernández Mora

Topical 30 ha podido contactar con el ex militar ilicitano y hemos quedado en un lugar de Elche, para charlar con él.

Topical 3.0. ¿Mandó matar Eduardo Rózsa a Christian Würtenberg y Paul Jenks?

Alejandro Hernández Mora. Todas esas mentiras vienen de toda esa calaña de periodistas que, no los dejamos trabajar en Osijek. Tú estuviste allí conmigo, ¿te sentiste amenazado? Se te enseñamos cosas que no se las mostramos a nadie, te llevamos a las trincheras, al frente de guerra donde combatíamos contra los serbios, hasta incluso comimos en un restaurante que estaba siendo bombardeado. El periodista Julio César Alonso, ha sido el que ha metido todas estas mierdas.


T 3.0. Pero hay informes que dicen lo contrario sobre la muerte de Christian y Jenks. En los dos se asegura que Eduardo Rózsa los mandó matar. Julio César, ha manifestado en varias ocasiones que él era amigo de Chistian y que los dos echaron a suertes quien se infiltraba en vuestra brigada. Le tocó al periodista suizo.


AMH. Eso es mentira, Julio César estaba con los chetniks en Vukovar. Christian era un buen cartógrafo, entendía los mapas y sabia modificarlos. Cuando cubríamos zonas de minas, él era el mejor para detallar las minas en los planos. Como íbamos a matar a alguien tan valioso para la brigada.


T 3.0. !Ya¡. Pero era un infiltrado, quería demostrar que la brigada se financiaba de la venta de armas, drogas y de grupos de extrema derecha.


AHM. Tú viste las armas que teníamos. De verdad piensas que…  ¿nosotros vendíamos armas a alguien? Teníamos Kalashnikov checos y rusos de segunda mano, alguna Uzi israelita y algún que otro Cetmen español, el “L”. ¡Qué tráfico de armas es ese…!
Recibimos ayuda de Lobis croatas, americanos e ingleses. El Opus Dei mandó dinero. Eduardo estuvo ligado al Opus durante mucho tiempo. Gracias a ellos y sus camiones con alimentos no perecederos podíamos comer.

 

Teníamos Kalashnikov checos y rusos de segunda mano, alguna Uzi israelita y algún que otro Cetmen español, el “L”.

 

T 3.0. El periodista Julio César ha asegurado en reiteradas ocasiones que fuiste vosotros los que asesinasteis a los dos reporteros.


AHM. Cuando estábamos en el colegio, el que fue nuestro cuartel en Osijek, Julio César, dio la posición exacta al enemigo. Los serbios nos bombardearon y murieron seis compañeros.
 

T 3.0. ¿Tú crees que él dio la posición de vuestro cuartel a los serbios?


AHM. ¡Claro!, él estuvo en el otro lado con los chetniks en la toma de Vukovar y después pasó a la zona croata, eso era muy raro ningún periodista podía hacerlo.


T 3.0. Se os acusó de ser un grupo mercenario.


AHM. Un mercenario no va a Croacia, va a África.  Mi paga de comandante era, al cambio, unas 12 mil pesetas (72 euros) al mes en 1991. Yo me vine de Croacia, con una mano delante y otra detrás. No fui por dinero a esa guerra. Yo cobraba en Colombia 16 mil euros al mes.

 

T 3.0. ¿Cómo ha quedado todo lo de Bolivia?


AM. No tengo ni puta idea. Si hay una orden de detención internacional en Interpol, no duras ni un segundo, te atrapan enseguida. Cuando vino Evo Morales a España, yo me presenté en la embajada de Bolivia y les dije: ¿qué tenéis contra mí? Y ellos me dijeron, no tenemos absolutamente nada.
Toda la culpa la tiene Julio César, por toda la mierda que ha metido. Chistian murió en una refriega entre serbios y croatas, no murió asesinado. De hecho, a Julio no lo han invitado al estreno de la película y él sale hablando. Ni la directora quiere saber nada de este hombre.

Las guerras siempre se hacen por interés. Nosotros hemos comido gracias al Opus, y al dinero de los croatas canadienses y estadounidenses. Israel ha dado dinero, Argentina ha dado dinero. Bendito Opus que comíamos y yo no soy católico, soy judío. Le Pen nos mandó a muchos ultraderechistas y los mataron a todos. El ejército croata estaba bajo el HBO y era la ultraderecha, todos los marrones nos lo mandaban a nosotros.
 

Chistian murió en una refriega entre serbios y croatas, no murió asesinado.



T 3.0. Chistian murio estrangulado.

T 3.0. ¿Israel os financiaba?

AHM.
Sí. Osijek era un gueto judío. Acuérdate que en el barrio en el que vivíamos era lo que aquí en España llamaban o llaman la judería.


T 3.0. Tu brigada estaba compuesta de ultraderechistas. Todos provenían de partidos como el húngaro Nuevas Fronteras o el Frente Nacional francés, entre otros muchos.

Alejandro Hernández, elude la pregunta.


AHM. ¿Y qué quieres que te diga? Qué Eduardo mató a Chistian. Sabes que yo estaba al cargo de los morteros, y con ese tío siempre dábamos en el blanco.


T 3.0. Ese tío, como tú dices era un infiltrado en una organización muy oscura.

AHM. Si tú dices que era un infiltrado, sabes el riesgo que se corre..

T 3.0. Ya lo sé, yo estuve infiltrado en una organización de bosnios y casi me matan de un tiro en la cabeza. Yo lo que intento es ser lo más preciso a la hora de escribir este reportaje.

AHM. Entonces qué cojones me dices. Ya sabes el riesgo que hay si te metes infiltrado en una brigada militar.


 

Entonces qué cojones me dices. Ya sabes el riesgo que hay si te metes infiltrado en una brigada militar.

 

 

T 3.0.  Pero lo que sí es cierto es que Christian Würtenberg, quería destapar de dónde os llegaba el dinero y si traficabais con droga y armas. Y cual era vuestra procedencia e ideología.

AHM:Tráfico de armas no puede haber, porque las necesitas para combatir. Cómo vas a vender tus armas. Éramos cuarenta y siete mil brigadistas para hacer frente a los serbios, eran más de trescientos mil y tenían artillería y carros de combate. Cómo vamos a vender las armas, si las necesitamos para luchar.
Los manteníamos a raya dando golpes de mano, asustándolos. La propaganda de los serbios era que venía Arkan (Grupo muy temido de paramilitares serbios). Hasta que un día me adentré en su territorio quince kilómetros y le reventé la estación de radio. Ahí si puedes decir que me cargué a quince tíos. Eso sí lo puedes decir. Me tenían hasta los cojones con su propaganda en la radio. Decían que iban a venir los serbios a colgar a los niños y a violar a las mujeres.
 

Un día me adentré en su territorio quince kilómetros y le reventé la estación de radio. Ahí si puedes decir que me cargué a quince tíos.


Aquí terminó la conversación con el ex militar y combatiente en la guerra de Croacia. Alejandro Hernández.

 

Bienvenido a la zona de muerte. Pintada en Osijek (Croacia). 1992

 

Julio César Alonso. Reportero de guerra

Julio César Alonso (Valencia,19 agosto 1960), periodista y corresponsal, ha trabajado como agente humanitario en situaciones de emergencia y conflictos. Balcanes, Sri Lanka, Colombia, Darfur, Haití, Líbano, República de Centro África, R.D. Congo o Angola, marcan su trayectoria personal y profesional.


Entrevista

¿Conoces o has participado en la película `Chris the Swiss´ de Anja Kofme, la que habla de la muerte del periodista suizo en Croacia?
Sí, su directora, (prima de Christian) vino a verme, estaba comenzando el Proyecto. Las imágenes de video de Croacia que

contiene el documental, se las cedí y las grabé yo. Si no recuerdo mal, me entrevistó. Christian era mi amigo, dormía y viajaba con nosotros.

¿Cómo conoces a Alejandro Hernández Mora?
Durante la Guerra, en Osijek, en el PIV, hablábamos en valenciano y repasando nuestras pequeñas biografías de entonces, nos habíamos cruzado en Nicaragua y Angola. Pese a donde estaba, me pareció un tipo noble y honesto. Y, sobre todo, el más profesional del PIV. Las guerras en los Balcanes las cubrí desde el principio y fue una época en la que pasaba por mi casa veinte días cada dos meses, el resto estaba allí, la vi llegar, empezar y pasar a Bosnia y yo con ella.

¿Quién asesinó al periodista Christian Würtenberg?
¿Quién?, no lo sé. Paolo el italiano confesó una vez que había sido él por orden de Eduardo. También se habló de un inglés. Lo que tengo claro es que Eduardo Rózsa Flores, me dijo que en la brigada había un topo y que era el suizo. Cuando llamé a la brigada para advertir a Christian, nadie me quiso dar información, cuando fui a Osijek, me encontré a Eduardo que me dijo sonriente que el problema se había terminado y al medio día se encontró el cuerpo.

Alejandro Hernández Mora, niega que fuese el Batallón internacional. Dice, que murió en una refriega entre serbios y croatas. ¿Qué crees que pasó?
Que, en un ataque de paranoia y estrategia, Eduardo Rózsa Flores ordenó asesinar a Christian Wütemberg, que estaba convencido que de yo estaba unido a su causa, que el ejército croata tapó el crimen por la utilidad en la propaganda. Que Glavas, el jefe del HV (Ejército Croata) en Osijek estaba muy unido a Rózsa, que Christian descubrió que la ruta de la heroína (durante la guerra bajó el precio en Europa central) pasaba por Osijek y estaba controlada por el HV y Rózsa participaba. Que ordenó matarlo esperando que pasase por una muerte más.


Mora asegura, que la leyenda de que fueron ellos, los que mataron a los periodistas... la creaste tú.
Yo no inventé leyenda alguna, junto con José Pinto Amaral, periodista de RTP escuche las palabras de Eduardo y así lo denunciamos en un reportaje que, si no recuerdo mal, vendimos a una tv suiza y a Informe Semanal, esa fue la primera acusación a Rózsa.


¿Cómo se financiaba la Brigada internacional de Osijek?
Los pagos oficiales los hacían los croatas, también recibían donaciones de organizaciones de ultra derecha francesa y se decía que una religiosa acercaba donaciones del Opus. No les sobraba, al principio andaban escasos hasta de medicinas. Recuerdo que, en un viaje a España y a petición de Alejandro, nosotros les llevamos material de primeros auxilios. Después la cosa cambió

¿Mora te acusa de facilitar a los serbios las coordenadas del cuartel en Osijek del PIV para que los bombardearan?
Si yo tuviese esa capacidad, me hubiese sido más fácil planificar un atentado o el asesinato selectivo de los miembros importantes y dejando algunos vivos para extender el miedo. Para que eso hubiese ocurrido, yo tendría que trabajar para la UDBA yugoslava o algún socio. Yo era periodista no espía, aunque desde Rumanía me perseguía la sombra de Perote y esa leyenda. Gajes del oficio..



Caso Bolivia


¿Participó Hernández Mora, en los sucesos de Bolivia?
No. Si tenía alguna duda, a día de hoy tengo claro que no. El problema está en que su nombre y apodo “Malaria” aparecen en los papales y uno de los discos duros de Eduardo Rózsa. Pero analizando el material de Eduardo les demostré a los investigadores que Alejandro no había estado allí y que los papeles indicaban que en el pasado o para el futuro Eduardo contaba o había contado con Alejandro. Yo apunté al pasado y les dije que imaginaba que por lo descabellado del plan Alejandro no se habría unido a Eduardo.

¿Ha realizado Alejandro algún pacto con la fiscalía boliviana para que anulen la orden de detención que lazaron contra él?
El Fiscal Soza se aprovechó de la buena fe de Alejandro y nuestra (en Bolivia estábamos tres personas), he intentó utilizar no solo la información que le dio Alejandro, siempre explicando que era lo que Rózsa le contaba, también intentó crear en torno a Alejandro una figura que le salvara).
Pero nunca se dictó ninguna orden contra Alejandro que yo tenga entendido.  El problema de Bolivia es que, siendo un tema tan claro, se tapó y el único que sabía toda la verdad murió.

 

 

La directora del Film

Anja Kofmel la realizadora de Chris the Swiss y familiar de Christian Würtenberg, el periodista asesinado; estuvo en Elche varios días con un equipo de filmación para contactar con Alejandro Hernández, pudo entrevistarlo, pero según la propia cineasta no pudo sacar nada en claro en esa entrevista.
Pero si algo le ha quedado en su mente a Kofmel después de realizar esta película, es la crueldad de las guerras:

"Chris the Swiss es la historia de cómo ciertas fuerzas desencadenan manchas oscuras y abusan de la población para incrementar su propio poder. Es la historia de cómo la guerra y la brutalidad destruyen a las personas, las familias y las sociedades, y sobre lo poco que cuesta hacer que una civilización se derrumbe, no sólo en la antigua Yugoslavia, por todo el mundo. La paz es un estado preciado pero inestable, y debemos cuidarla bien. De verdad que espero que este mensaje pueda alcanzar al máximo número de personas posible a través de mi película".

 

 

Sandra Balsells, fotoperiodista. Foto ADLiteram

 

¿Llegaremos a saber la verdad?

Alejandro Hernández, ha negado en todo momento que hombres de su brigada fuesen los ejecutores de los dos periodistas, manifestaciones que se contraponen con las del reportero de guerra Julio César Alonso, los guionistas de la película y las investigaciones de otros periodistas. También son contrarias sus afirmaciones a las de Sandra Balsells, novia de Paul Jenks (el segundo periodista asesinado), periodista y fotógrafa que estuvo investigado la muerte de su compañero sentimental durante años. Sandra, hoy es profesora en la Universidad Ramon Llull de Barcelona. Hablamos con ella, y sólo nos dijo unas palabras: "Sólo queda vivo Alejandro Hernández de aquel grupo, él es la única persona que conoce y puede contar la verdad.

 

Un reportaje de José Félix Abad