El Gran Teatro, las vedettes, algunos empresarios del calzado y los puticlubs
El Gran Teatro, quizá es uno de los edificios más entrañables de Elche, por su escenario han pasado los mejores artistas nacionales e internacionales. Construido a principios del siglo XX por el arquitecto valenciano Alfonso Garín. Fue inaugurado en 1920 con el nombre de Teatro Kursaal. Pero tiene otra historia que comienza en los años 60 y 70 del siglo pasado. Una historia oculta protagonizada por fabricantes de calzado y bailarinas de la Revista Musical Española.
Otra artista de variedades afincada en Elche y que alcanzó una gran
Después llegaron los espectáculos ambulantes como el Lido, el Teatro Argentino, Teatro Apolo y el Teatro Chino de Manolita Chen, que ofrecían programaciones distintas y cambiantes durante la estancia en Elche. Las actuaciones erótico-musicales que hicieron las delicias de los ilicitanos, eran arrevistadas, de variedades, donde predominaba el humor y el poco erotismo que permitía la censura de la época franquista. Más tarde en la segunda mitad de los años 70, las vedettes se subieron al carro del "Destape". Las canciones `picaronas´ con doble intención ("Tengo un jardín en mi casa / que es la más de rebonito; / pero no hay quien me lo riegue / y lo tengo muy sequito" ) y las insinuaciones a los caballeros del patio de butacas protagonizadas por la primera vedette, era la tónica habitual. La protagonista del show siempre iba acompañada del cuerpo de bailarinas, conocidas como vicetiples o chicas de conjunto, estas mujeres con plumas, lentejuelas y ropa sexi, serán inherentes a cualquier espectáculo del género y no pasarían desapercibidas para algunos empresarios de Elche.
En busca de la chica de la Revista y las Barras Americanas
Pero la picaresca no sólo estaba en los escenarios, también entre bambalinas. Algunos fabricantes ilicitanos, atraídos por las muchachas del espectáculo pagaban a un tramoyista que trabajaba en el Gran Teatro, para que le organizaran citas con las bailarinas. “Mira a veure si una d'estes es deixa” (Mira a ver si una de éstas se deja), era la frase que siempre iba acompañada con una propina al empleado del teatro.
Así, determinados empresarios adinerados de Elche, pudieron ver satisfechas sus fantasías sexuales con las mujeres que figuraban en carteles y programas de mano. Otros sólo se limitaron, a su pesar, a una cena de lujo, unas cuantas copas y aligerar sus carteras, sin más roce que un beso fugaz en la mejilla y algún que otro arrumaco. Eso sí, después había que contar en el bar la hazaña (a su manera) a los amigos y a otros empresarios del calzado.
Antes de ser Mesón Los Extremeños, en este local había un prostíbulo conocido como Las Barcas
Los que no pudieron tener los favores de las señoritas del teatro, tenían que conformarse con las barras americanas de aquella época. Un local que se encontraba a pocos metros del Gran Teatro era “Las Barcas”, en la calle del Carmen, junto al
Los asiduos clientes de Las Barcas, pasaron a frecuentar otro bar mítico de prostitución llamado “Los Gabrieles”, uno de los clubes nocturnos más veteranos de la ciudad. Abrió sus puertas en la primera mitad de los años 60 y todavía sigue activo. Los Gabrieles Club (como su cartel indica), ya en decadencia, se encuentra en la calle Capitán Gaspar Ortiz, a un tiro de piedra de la Gasolinera Mora. El antiguo dueño de Los Gabrieles, un tal Mario, un hombre de pocos escrúpulos, que tenía a su hija trabajando como prostituta en este local, abrió otro prostíbulo en la antigua discoteca La Gruta, junto al Cine Paz. Este último cerraría sus puertas ya bien entrados los años 90 del siglo pasado.
Interior del Club Los Gabrieles de Elche
Las “Barras Americanas”, como se les conocía a estos prostíbulos con barras forradas con skay y madera, luces rojas y vasos de tubo, comenzaron a proliferar por Elche entre finales de los años 60 y principios de los 70. Entre estos tugurios estaba Niágara junto a la oficina de Turismo del Parque Municipal, La Periquina en el Barrio del Raval o La Platanera en la carretera de Bacarot, fueron algunos de los buques insignia de los años 60,70 y 80 de la prostitución en Elche.